La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) recuerdan a Francisco Toledo (17 de julio, 1940 – 5 de septiembre, 2019) en el 81 aniversario de su natalicio. Siempre dedicado al apoyo, protección y conservación del patrimonio histórico y cultural de Oaxaca, además de ofrecer a jóvenes, niños y adultos un acercamiento único a la cultura y las artes con su incansable promoción cultural. El artista, activista, filántropo y promotor cultural, fue un defensor de los derechos humanos y las lenguas originarias, siempre cercano al pueblo.
Oriundo de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, la diversidad de su trabajo como grabador, escultor, pintor y ceramista fue expuesta en distintos lugares alrededor del mundo, y forma parte de las principales colecciones de arte, tanto privadas como públicas. Hoy por hoy, Toledo es considerado uno de los artistas mexicanos más reconocidos a nivel mundial y uno de los artistas visuales más importantes de México.
En su trabajo es visible una pasión intensa por la naturaleza y la representación de figuras híbridas, entre animales y humanos. Mostró desde muy joven un interés particular en el dibujo, tuvo motivos suficientes para iniciar sus estudios en la Escuela de Diseño y Artesanías del INBAL, en la Ciudad de México. Tiempo después viajó a París donde rápidamente su trabajo comenzó a recibir atención internacional. En este viaje conoció a Rufino Tamayo, quien fue una influencia importante en su trayectoria. Ni el reconocimiento ni la fama hicieron que Toledo perdiera sus convicciones ni su principal interés de acercar la cultura y las artes a los oaxaqueños.
Toledo retornó a su natal Oaxaca, emprendiendo varios proyectos que promueven el arte de la Verde Antequera, llevando a cabo una extensa labor social en pro de la difusión cultural. Consciente de la realidad de su entorno, en sus múltiples propuestas el artista resaltó lo autodidacta y el potencial creativo de los oaxaqueños y del pueblo mexicano en general.
Experiencia e innovación artística
Partiendo de una rica e importante colección artística de gráfica y una extensa biblioteca, Francisco Toledo fundó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, mejor conocido como IAGO, el 29 de noviembre de 1988, gracias a la donación de una hermosa casona del siglo XVIII y al trabajo conjunto de distintas instancias, como el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, el Gobierno de Oaxaca y la Asociación civil José F. Gómez.
El IAGO se inauguró como un espacio donde el diálogo entre el arte contemporáneo y las técnicas tradicionales son una constante en la búsqueda de la unión entre la experiencia y la innovación artística. Este espacio se distingue como un recinto de inclusión para la divulgación y enseñanza de las artes, convirtiéndose en pilar de la comunidad cultural en Oaxaca. Hoy es un referente del inicio de muchas instituciones, y pionero en programas educativos en este tipo de recintos, pues entonces la enseñanza no estaba en los museos ni en las bibliotecas.
El IAGO cuenta con una biblioteca, especializada en pintura, gráfica y arquitectura, con un acervo superior a los 60 mil libros. De igual manera alberga el acervo del cineclub gratuito El Pochote, formado por más de cinco mil títulos y una fonoteca con aproximadamente siete mil archivos sonoros.
Otras instituciones creadas por el Maestro Toledo son el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, con más de 100 mil piezas, y el Centro de las Artes San Agustín (CASA). El legado de Francisco Toledo, de quien celebramos su nacimiento un día como hoy -17 de julio-, continua activo y vigente gracias a los espacios que fundó, mismos que siguen funcionando y dan continuidad a su misión inspirando a nuevas generaciones a través del conocimiento, creación y el orgullo por sus raíces a través de talleres presenciales y virtuales, así como exposiciones para el público.