Hoy les tenemos la primicia de los primeros poemas publicados de Felipe García. Él estudió en el Conservatorio de Música de Celaya con el sacerdote Alejandro Montes. Luego Arquitectura en la Universidad de Guanajuato. También cursó un semestre de la carrera de Filosofía de la misma Universidad, lo que en sus palabras lo motivó “a amar la muerte y el autodesprecio”.
NOCHE
Por los alientos asfálticos
Y las piedras enmarañadas
Rodantes y cricosas
Por los senderos
En que la tinta
No es sino una excusa
Para despegarnos la noche de las uñas
Te puedo ver
Por esos senderos tibios de sol
De vómitos
Anda mi alma pobre de amor
Llena de aromas, pero no de amor
Gorda de recuerdos
Y lágrimas negras
Pero no de amor
Ebria de llanto
Infinita de llanto
Pero no de amor
No de amor
Maniática
Loca
Por los caminos espaciales
Los blancos trazos
Que dejan las estrellas
—El acabado mundo de los villanos
Los bloques del cosmos
Pixeles del cosmos—
Una canción llorada en dos
Reída en dos
Estremece mi ánimo
Da entrada a una locura
Que se burla de mí
¡Aquí está tu hijo amado!
A la orilla del pozo
Dame la negra noche
La flor azul
ADIÓS
Para Jorge Pardel
Cuando
La gran máquina
Deje
De enrollar
Cáñamo
Espíritu
Y los balcones
Ansiosos de ti
Dejen
De encontrarnos
Soñando
Aún podremos
Degustar cerezas
Percutidas
Fantasmas
De plastilina
Entonces
Te enamorarás del alba
Del sabor chicle
De los labios
Del sabor
Ferroso
Del último cigarro
Adiós
Te diré
Me dirás
Con un tierno
Espasmo
Entre lenguas
Y morirás
ROTO
No saber cómo
será el mundo después
de esto
cristal roto
ventana podrida
sin querer
alma quebrada
bala en la cabeza
quizá todo el mundo
se convierta
en un tablero de ajedrez
festín de salvia
engranajes torcidos
No saber otra vez
si el mundo
es hueso de mango
sobre rocas de neón
sangre coagulada
sobre el sillón
vómito desértico
enigma correoso
al final de la noche
Rimbaud
dejó la poesía a tiempo
oráculo divino
y niño santo
La hoja no se terminó para él
genio
prodigio entre prodigios
No saber
cuántos escalones
quedan
para derramar sangre
de poeta
de humano